Por: Mario Luis Pennella
La justicia social llega con la propaganda política, ya que los jubilados han recibido por fin el ansiado 82% modelo Néstor Kirchner; una justicia social asimilada a su política neoliberal, donde ha ejercido el predominio del enunciado de Felipe Cavallo, quien en el gobierno menemista deshizo el 82% con un cambio en la Ley de jubilaciones, pero el gobierno de la actual Presidente la Dra. Cristina Fernández de Kirchner y su gobierno sobre el mismo, modificaron el 82%, el cual emana de la Constitución de la Nación Argentina en su art. 14 bis (a igual trabajo igual salario) y el 82% para el jubilado es la resultante de ese número porcentual del que en la actualidad tiene el salario de quien ocupa su cargo similar, pero he aquí que el modelo de referencia ha encendido sus neuronas y han encontrado una fórmula extraordinariamente estrafalaria, de modo tal que el 82% sea la resultante de esa fórmula y llegue a un miserable aumento del 11,69% del salario actual que percibe.
Este aumento significa para los jubilados que han trabajado 30 años o más y aportado religiosamente en sus años laborales, al efecto de mantener su dignidad salarial y su dignidad humana en la ancianidad, el despropósito mas vil de la política argentina, consolidando en el período del partido o movimiento de la justicia social, el acto mas lejano del idealismo de su creador y la lucha inexorable que hiciera por ella en vida la Señora Eva Duarte, EVITA, cuando esta elaborara para los niños y los ancianos trabajadores la dignidad humana para ambos derechos, que constituyen los mas desposeídos y desprotegidos en la pobreza, pero no se hace con justicia con palabras falaces como lo hace el gobierno, sino con hechos de una realidad que lamentablemente la Sra. Presidente no conoce, y lo ha demostrado habiendo conocido que en la Argentina hay pobres, al ir a Salta a ver el episodio del alud de barro que desbordara ante el rompimiento de un puente mal hecho que arrasara con el pueblo.
Esta falencia de saber sobre la pobreza en la Argentina, hace de la peculiaridad de la Sra. Presidente, quien ha tratado de discursar parafraseando a Evita hasta la imitación, pero no en la legitimidad de sus actos y hechos sobre la justicia social que de su labios salían, sino la falacia de la acción de lo que se decía en el discurso pero no hacia la realidad.
Las mentiras han llegado a todo los espacios del espectro argentino, y la credibilidad del gobierno es ciertamente hasta alarmante, por cuanto sus actos políticos hacen dudar que hasta los mismos sean reales por lo que dicen, ya que el punto de certidumbre es opacado ante la realidad que alude una total contrariedad, haciendo de él una total falacia.
Un gobierno que ha mentido haciendo alarde sobre la crisis internacional en los EEUU; y hoy por el contrario reconoce y expone que hay que ayudar para salir de la recesión que se avisora en el futuro, muestra el grado de insesatez política que da como resultado la no gestión, habiendo despilfarrado miles de millones de dólares ante la supresión de exportaciones de carnes etc. ante el rencor y soberbia que asume el señor Néstor Kirchner y sus amigos contra la gente del campo, y que sigue en franco encono para deteminar políticas agropecuarias valederas, concientizadas y debatidas en alto nivel y no en la hegemónica y fastidiosa actitud negativa, tratando de que el campo sufra las consecuencias de sus rencores, a tal punto que nada se arregla, sino por el contrario empeora, tampoco le importa la nación, ya que a la pérdida ocasionada persiste en que la misma se consolide hasta el final. Hoy mucha gente de trabajo del campo está pagando además los cotos de la política financiera usurera, factotum del gobierno de la Sra. Presidente y su esposo, donde sus amigos hacen sus negocios sobre la misma crisis incierne, empresarios del juego y otras empresas se benefician, mientras el campo valuarte del ingreso de divisas genuinas continúa en la lucha cuasi estéril por aliviar sus impuestos deliberadamente impropios e intolerables para redituar ganancias.
Ante estas perspectivas, y en un año electoral, que significará la verdad del pueblo no obstante el fraude no lo obstaculice, tendremos quizá ante el poder del voto ciudadano, el nacimiento de una nueva Argentina, que visualice el futuro del país, con debates en un Congreso de la Nación, para enderezar el ondulado camino de la negación y llevarlo a la rectitud de un futuro mejor.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 26 e febrero de 2009.
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